Alberto Gómez

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lunes, 20 de diciembre de 2010

"Operación Triunfo" en las mezquitas de Estambul

Gracias a que dos amigas se fueron de Erasmus el año pasado,  pude visitar y conocer el increible país de Turquía, concretamente Antalya y Estambul, dos ciudades preciosas. Desde entonces me confieso un gran admirador de esta nación, mitad europea y mitad asiática.


Muchas cosas pude aprender de las costumbres y cultura de los turcos, todas sorprendentes y fascinantes, pero sin duda el canto a la oración fue lo que más me cautivó.

Pero una cosa es escuchar dos, tres o siete veces el arrebatado y enigamático canto a la oración y otra bien distinta oírla todos los días de tu vida, a razón de cinco veces por jornada, la primera a las 5 de la mañana, como le sucede a los habitantes de todos los países mulsulmanes.

Pero los turcos tienen un problema adicional respecto a sus colegas árabes, ya que rara vez hablan el árabe, el idioma del Corán y, por tanto, el utilizado para cantar el azan. El turco se parece al árabe tanto como al bable.

En Estambul, ante la avalancha de protestas por parte de los ciudadanos quejándose de no poder conciliar el sueño por culpa de los desafinado cantos de los muecines (los clérigos encargados de llamar a la oración a los feligreses), el muftí de la ciudad (la mayor autoridad legal), Mustafa Cagrici, ha decidido tomar cartas en el asunto: los clérigos tendrán que acudir a clases de canto.

Por lo que los muecines de Estambul acuden a clases de canto en las que aprenden tanto los rudimientos de la modulación de la voz como las peculiaridades de la pronunciación del árabe sagrado.

Aunque Cagrici además, tiene un plan B: conectar a las 3.000 mezquitas por radio a la Mezquita Azul, y que desde allí, un muecín con la voz convenientemente formada realice un único azan para todos los feligreses de la ciudad, aproximadamente una cuarta parte de los 8 millones de habitantes que tienen Estambul.

Aunque ¿llamar a la oración por radio? Seguro que el muftí Cagrici se enfrenterá a los garantes de la ortodoxia coránica en su intento por modernizar el Islam turco, pero en las religiones como en la vida, hay que renovarse o morir.

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